5 de mayo de 2014

Lengua Usual



Caes al suelo
y el suelo comenta las resonancias
de toda una existencia maldecida
por el ocaso entusiasta.

Caes al suelo y haces magia
cual reflejo quebradizo.
Movimientos más rotundos fueron
Derribados y ejecutados sin remedio
a causa de la gravedad de las piedras,
o por culpa de la desecación de las bocas
que insinúan vencimientos molidos
a palo seco.

Caes al suelo
y repican en Oriente tus anatemas.

Recorres con tu dedo índice
la sangre dispersada a causa
de las hostilidades del día a día.
Enseguida palpitan frente a tu revés
la desilusión de mil lenguas usuales,
ideas gustosas, mansamente transgredidas
por las encías de una malignidad común.

 

4 de mayo de 2014

Poetizar de oído



Ramas de síncopes quiebran pedruscos
aromatizados por la tregua inexperta
de los años que jamás viviremos.

Tú buscas una venganza
que le dé vida a tu fallecimiento precoz
y yo me atrevo a poetizar de oído;

tú gruñes todos los alegatos posibles
y yo poco es lo que digo cuando sé
que la tempestad es una regla
meramente existencial.

Mejores dardos de ironía vendrán a nosotros
cuando el tímpano interior se convierta
en un pozo de sabiduría, pozo ciego de cuerpo
y sordo de desafectos.

Mientras tanto, la tinta sacude el cielo
y la temática afectiva continúa siendo
una manera bastante ilustre de expirar
en este mundo de majadas inmaturas.

 

28 de abril de 2014

Placer



Tu lengua humedece mi soga
ahora que brota el brío en tu boca
y tragas la ambición de verte desarropada
frente a las voces de un placer madrugador.

 

La Espera



La espera es el ácido de la edad
y las edades son caretas de adictos
a los sicotrópicos severamente ilusorios.

Me acuna un verso malnacido
y el racimo de explosiones me devuelve
al grito de la adolescencia
donde el tránsito era un suicidio
por motivos de puro e ilógico desamor.

Una coleta de raros giros roza mi tez
ahora que la senectud anida en el rincón
de las discrepancias indeterminadas.
Hubo una caricatura de mí mismo
sobre la almohada del ahogo constante;
hubo un tercio de mi masa gris
bajo la sombra de un esqueleto rancio,
y siete golpes de amabilidad retorcida
en el “adiós” que beatificó la huida.

Pero todo el significado del tiempo
no es más ni menos que una constante
asesinada por los relojes del último bostezo.
 

22 de abril de 2014

Luz verde



 

Camina el cambio

pero enseguida se detiene cual latido

marginado por las miradas de los sádicos.



Imaginaste un final y ahora es el inicio

de todo lo que jamás pudiste consentir;

lejos se encuentra el hogar que no te cede

el destino que tampoco fue benévolo contigo

hace al menos un par de décadas

y dos o tres sin sentidos.



Camina el cambio

y las alacenas se colman de deseos

que nada tienen que ver con lo que tú deseas.



Imaginaste un principio cuando la juventud

era una aventura que jamás llegaría a su fin;

muchos ya han fallecido a causa de una convulsión

o a consecuencia de una fatiga vinculada

con el rumor de un seco e irritado suicidio.



Occidente tiembla dos veces por semana

aunque ahora tu pasos te alejan

del principio donde pernoctan

todas las cosas con peso exacto

pero sin contenido concreto.