
El doble
de mi doble soy yo.
Levanto
el cuerpo despedazado
de tanto
como no puede sostener sueños.
Enseguida
llega un portazo de realidad
y el
ademán de mi cerebro pide neuronas.
Pasa
un día entero y la noche es un reclamo.
Nueve
ojos verdes observan el horizonte interior,
allí donde
los ancianos anhelas juventud
y
donde los niños anhelan adultez.
El
doble de mi doble soy yo
y mi
alter ego es una mala predicción.
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