18 de marzo de 2014

Alma (1)



Repercute en los cuerpos el símbolo
de la luna llena y el escueto sucedáneo
de noche abatida por los ruidos
de un mañana mucho más épico.

Fue breve el objeto del deseo.
No existe otro golpe más quebradizo que ése
que fractura el vino por beber
y el pan que fue comestible aunque ya no lo es.

Oscuros espíritus bocean silencios de aplomo
perpetuo, de calaveras sonoras y desempeños
empeñados en doler –quebrar-.
Tal vez en otro ademán, en otra fuga de maná
comestible, podamos comprender lo que supone
desnudarse frente al ocaso y observar
como nos mastica la luna.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario