Me resigno
como un revolucionario
en vísperas de su ahorcamiento.
Ajo en la entrada del corazón,
resina en mis manos abandonadas
de tanto como te escribo
y te imploro (perdón).
Me resigno en medio del tifón
y bebo delirantemente del origen
que nadie bebe por motivos
de falsa moral.
Lucha Occidente contra sí mismo
y yo me deleito mirando al cadalso
desde mi celda de arañas, ajos
y besuqueos abusivos.
Poco antes de que mi cuerpo
sea un despojo del pasado imperfecto
le regalaré a la dama muerte
tu poesía es realmente impecable, se requiere de gran talento para revolver la conciencia y las emociones del lector y tu lo haces magistralmente, un saludo, Abril
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