29 de diciembre de 2012

INSOLENCIA



 
El escarnio amaestró mi ira
cuando las olas encolerizadas
de la contrición
decidieron agitar la conciencia
del sigiloso universo.

Dudo que las emociones básicas
lleguen a ser homogéneas.
Es complicado percibir
una palabra sincera
cuando “el ganado” mercadea
con los cimientos de la equidad.

Yo amaestré mi ira cinco segundos antes
de que el proyectil entrara coléricamente
por el tragaluz e hiciera volar por los aires
mi cerebro y mi insolencia.

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