30 de septiembre de 2012

LIMBO




Existen balaustres
de ideas pendencieras
dentro y fuera
del limbo donde perdimos
la vergüenza y la entereza.

Vivimos dejando la discreción a un lado,
sostuvimos nuestros fracasos con risotadas
de medianoche, mientras el whisky formaba parte
del gusto de ser uno mismo, sin miedo ni temor
a salir a las calles enlutadas  y aullar: “¡Libertad!”.

Hay días en los que evoco calladamente
aquel furioso entusiasmo:
jóvenes con ideales de pan y cebolla,
puños abiertos hacia el alba triunfal,
adentrándonos en la quimera que reclama justicia,
procurando una en la meta que ahora se muestra
como un limbo donde algunos purgamos
nuestros pecados de omisión.
 

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con lo escrito. Espero la valentia de un heroe que venga a salvar nuestro entorno, el cual se ha visto rodeado de miseros guiadores de fracasos. Mientras, en el resto de nuestro pais naufragamos hacia un caos imparable.

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