13 de agosto de 2012

A VECES ES TARDE



Aquí es tarde ya,
como los poemas de Charles:
tarde para irse, para quedarse,
tarde para amar pagando
o amar tal y como se debe
amar.

Es tarde para odiar
y rejuvenecer
y destruir poesías,
tarde para pasear
por Londres
o por las esquinas
de una neurona
azul.

A veces es tan tarde
que sólo cabe esperar
el viento a favor
o la total derrota;
un terceto de horas más
es suficiente –a veces-
para sentirnos
rematadamente
vivos.

 

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