10 de abril de 2014

Lamerse las heridas



El crepúsculo es cera irritante
y el amanecer sólo una calavera lustrosa.

Poco antes de la total derrota
nos lamimos las heridas
ante el espejo social;
como gatos aterciopelados
o huesos carcomidos
por el hambre,
supusimos que el mañana
sería lo que es ahora
pero con menos ruido
y más esperanzas.

El mañana es un fuego intenso
que colapsa nuestras perspectivas.

 

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