11 de marzo de 2014

Regresión



Retornamos al pasado
-inicio de una continuidad permanente-
ataviados con resonancias de futuro
e insignias de vida desusada.

Nadie estaba allí para contarlo.
La ambición era el pan de cada día,
como un ave que ya atravesó
la última mazmorra,
nadie comentaba nada sobre nada,
ni siquiera existían voces precisas
que nos advirtieran
sobre el punto de partida.

Retornamos al pasado
procurando un minuto más de vida
sin saber que la vida
es sencillamente una pausa
que se toma con nosotros
la eternidad.

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