Se me
escupe el alma hacia afuera.
Pactos
de silencio dormitan
entre las
manos de un día más sin paz.
Es
acuoso el síntoma de una gota vacía de agua,
es necesario
alumbrar entre sombras
ideas
de futuros indeterminados
y
pasados indeterminados por la existencia.
Se
quiebra a golpes de cólera
la
espina dorsal de una ciudad cualquiera
y la influencia
de la cautela mordisquea
el
filtro de mis ataduras
severamente
conservadoras.
Se me
escupe el alma hacia fuera
cual estampido
de versos fatídicos,
cual
pistola habituada a dispararle a bocajarro
a los deportados
a causa de su severa coherencia.
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