No esperes a
que suene la bocina
de la
incertidumbre,
no malgastes
armas o palabras
en exponer tu
pobre conocimiento.
Reza por
motivos de identidad,
danza cual
ornitorrinco aletargado,
no te cases
con la muerte que no llega
y mastica las
ideas de los ordinarios.
Disuélvete en
mapas sin lejanías,
juégate el
cuello frente a la cerrazón
del ahorcado,
marea las
ideologías que exterminan
jóvenes
lamentos.
La redención
nos espera en ciertos
tratados de sangre,
el despertar
te sospecha cual pájaro
sin voz ni
amo,
el océano es
la evasión
hacia un
lugar mejor
ahora que el
recuerdo de las víctimas
ha muerto en
tu interior.
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