Me fundí en
negro por falta de color.
¿Qué decir, difunto
amor,
si el círculo
zampa taladros orgásmicos
y los
ahorcados me faltan al respeto
cuando ubico
mi cabeza de calabaza
en la caja de
las disciplinas inacabadas?
Fallecí en
cines con aroma multicolor,
en el Madrid
de los Austrias aun me desespero
cual físico
imperfecto que rozó labios
y acabó
fumando vías de tren
sin raíles ni
pasajeros.
Me fundí en
negro por falta de mal humor,
o tal vez
haya sido por motivos
de paladeo
mental,
como un
sicario que bautiza
a su
primogénito…
Como un
ademán volcado
en la cuneta de
lo insensato.
Fantástico paseo poético por Madrid: la insensatez y los recovecos grandiosos de la urbe fundidos en negro entre sombras chinescas que abarcaban un tren inacabable. Todas mis felicitaciones poeta Vórtice.
ResponderEliminarDesde Madrid. Kabalcanty.