3 de agosto de 2013

Surrealismo




 
I.


Discúlpame el surrealismo,

la navaja de piel

y el sésamo.



II.


Llegado el momento

también yo me venderé

cual sombra turbadora.



III.


Discúlpame el aliciente poético,

la disciplina que no resulta apacible

y el blindaje del hierro tortuoso…



Todo lo que es “sol” es vida…

lo demás muere.

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