I.
Discúlpame el surrealismo,
la navaja de piel
y el sésamo.
II.
Llegado el momento
también yo me venderé
cual sombra turbadora.
III.
Discúlpame el aliciente poético,
la disciplina que no resulta apacible
y el blindaje del hierro tortuoso…
Todo lo que es “sol” es vida…
lo demás muere.
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