24 de julio de 2013

Vademécum



Vademécum al anochecer.
Plumas de ganso sobrevolando
la urbe aterradora.

No te fíes de “los guías”
que meditan profecías
demasiado mundanas.

Añora cuando debas hacerlo,
cual momento de ira y lobreguez;

colapsa tu dentadura de negrura,
colócate ante el cuadro mortífero,
pinta un pedacito más de apego
y sostén entre tus ojos la rudeza
de la que habla el invierno.


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