8 de abril de 2013

Cuenta hasta 10

 
Hondamente recorro la senda azabache
instituida por unos cuantos entes rabiosos;
imprimo con mi dedo sanguinolento
el lugar exacto de mi vida futura
y remuevo el café solo con doble de hielo.
Nadie vino a avisarme cuando la guadaña
fue visita irrevocable.
Ahora no sé qué se esconde tras las acuarelas
de los fantasmas y tras los ojos de los gatos
que piden paz, espinas y serenatas.
Si te ves comprometido en medio de la bruma
cuenta hasta diez y el sufrimiento será candor.

Cuando la punción de la vida eterna te solicite
busca un almohadón de acero y agárrate fuerte.
Si las lechuzas bailotean sobre tu talento
de “ser mortal”, ansía vislumbrar
el albor de los vivos y observarás
la longevidad de los muertos.

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