En cualquier lugar,
como un instante de cristales
y grumos de legitimidad,
camina por el mundo procurando
aire útil y cabal.
Éste hombre, hacedor de cócteles
y vagabundo que se resistió a morir,
únicamente por desear la vida,
persigue montículos de leña verde
y suspira ensueños indomables.
construida ya la distinguida espada
de la libertad, camina un hombre
que en cada piedra ve una alegría,
un mundo nuevo,
una agraciada extenuación.
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