He rescatado del olvido
cien patadas,
una armónica corroída
y cuatro disculpas
de contención.
Rumio desidia
y la insensibilidad
se muestra contundente:
temerarios ojos de persistencia
rozan el árbol
donde la fe cabalga a lomos
de lo infecundo.
Afuera: frío y nieve;
dentro de mí: sedición.
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