1 de enero de 2013

CARNICERÍA

Ahora que esta soga me sostiene, acallan los latidos del asfalto y el sudor de los gatos heridos desciende como ríos de tinta eyaculada por la desidia. 

Y aquí descubro que el rigor mortis es sólo un ademán con el que vencer al viento, en la guerra del arte como refugio, del verso como el único perdón que merezco.
Soñad amigos mientras la maldad machaca el parpado en un canto de tierra y sangre en el torpe equilibrio de los atormentados, ya no quedan guerras en las que divertirnos ni paz en la que arder convulsos y erectos. Bendecidos por la ira… 

y quizás mañana la maldad que me fecunda sea el último rincón donde poder ser humanos, violando a la maldita imaginación de los que se ocultan en palabras huecas.








O Vello Targus 
(1 de enero de 2013)

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