Yo no sé escribir
dolores de mentecatos;
como mucho disipo las flores
con un revólver
y enseguida subsisto dormido
ante los enterramientos
del vago amanecer.
Yo no sé y ellos no saben…
Leo la oda de un cadáver cualquiera
y mastico la zapatilla de un misántropo.
Desconozco dónde diablos
habita la dignidad
de la que se enorgullecen
los rimadores post modernos,
ésos a los que “la
crítica” enaltece
sin tener en cuenta
sus crímenes anómalos.
Pobre Neruda. No quedó bueno para nada. Sin duda que eres un rupturista del momento. -¿Vendrá otro y comenzará a dispararle a quemarropa a tus versos?
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