Fértil y
delicado sentimiento:
yo también
sufrí cuando el tiempo
podía unirse
a lo que es inescrutable.
Oh almas,
todo ha sido un crepúsculo
sepultado
por los lloros del amanecer.
Tengo en mis
bolsillos las sales de esos mares
dispuestos a
socorrer el luminoso aliento
de mis
reconvenciones.
Grito
cubierto por lluvia materna y venas;
siempre o
nunca, cerca o muy lejos, lejos...
Yo también
sufría cuando lo cotidiano
se transfiguraba
en un chillido abatido.
Y tengo en
los ojos 9 oraciones sarcásticas
que
murmullan resplandores de siglos,
de humor y
pasión, con flores rasgadas
y amores
brujos.
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