Desde la atalaya observo
como ruges en la mañana del Fin,
como arqueas tu espina dorsal
y como reconoces mis turbaciones…
Otro mal nacido difunde
sus funestas profecías
bajo el cielo donde malviven
millones de almas
que procuran justicia…
Digo “hipocresía”
y te me apareces ingratamente,
acicalado por los pecados de la benzina;
defino tu rostro y la arcada
se hace inevitable…
Atalaya de argumentos incumplidos…,
¿hasta cuándo tendré que vegetar
entre esta desalmada raza de víboras?
Buenas noches, amigo poeta ... Poema maravilloso. Felicitaciones por la hermosa inspiración. Los invito a conocer mi blog, será un placer tenerte entre mis amigos. Abrazos desde Brasil.
ResponderEliminarMe fascinó tu manera de decir verdades. Poesía bien definida que sabe lo que dice y cómo se dice. Aplausos
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