25 de agosto de 2012

A estas alturas de la vida




A estas alturas de la vida
el número 1933 me parece
una alternativa razonable.

No vi con claridad la cara de lo fraternal,
no supe razonar cuando el epílogo
fue un limbo de nerviosismo vital.

A estas alturas de la vida
el número 1957 me parece
una simpatía indispensable.

No escuché a las sabandijas
en la inestable actividad humana,
no pude sostener con mi correa
el compás del vino, los bisturís
y el vino.

A estas alturas de la vida
el número 1979 me parece
un nacimiento de loas sagaces.

 

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