2 de marzo de 2013

ESCALERA



EXISTIR sabiendo que “eres”
y continúas “siendo”

aunque el diploma de la neurosis

sostenga la inmensidad

del firmamento.



Bienaventurado el gato que no modera

su recelo hacia el ser humano;

bienvenida sea la disputa entre los cerdos

y las escaleras que nos liberan.



Justo ahora que el oro es vicioso

y la antorcha arde con suma fuerza,

podemos inclinar la balanza y cometer

revoluciones de pan y fuego.



Podemos justificar el aborto humanista,

dejarlo todo a un lado y ser leves

como mundos inviolables, como vientos

insostenibles por las manos

de la necedad.
 

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