Esta tierra, esta palabra, esta paz,
este tiempo sin pasos lógicos,
este recuento de todos los muertos
y este flujo de pluma siempre ideal.
Para el hombre con punzantes heridas
tengo doce versos malcriados,
un sueño prolongado hasta el fin de las epidemias
y un infatigable látigo que no causa dolor.
Esta tierra y esta palabra,
este poeta que pide poco y lo pide todo,
este hombre que desea delicados asuntos
le devuelve la vida a tu rosa marchita.
(Blas de Otero in memoriam)
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