14 de enero de 2013

CONTORSIÓN



Engorda el cierzo
en la tundra de tus ojos cenicientos.

Gusto de fallecer rodeado
de muros que no alcanzan la eternidad.
En otro tiempo quizás
pudiera haber sido un certero
manipulador de palabras asonantes.

En este lugar no soy más
que insignificancia distraída
por los influjos de la ira,
del querer sin desear
ser querido…

Tras esta losa
de valentías discordantes
no soy más que una contorsión
que demanda libertad.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario