Está Nosferatu danzando en mis ojos.
En las calles la sangre garantiza la
diversión
de mis compadres los vampiros.
Tienes que decidirte
ya que no tenemos mucho tiempo
para saborear
el agrio zumo vital
de este magnate repugnante.
Devora los sudores el diente homicida
y las estacas descansan
en las venas temblorosas
de los adulterados
y bienaventurados
beatos.
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