Disculpa el engreimiento y el sosiego
de estos años contigo
malviviendo quimeras
y opacidades.
Disculpa mi ira y mi guardilla,
mi desahogo y mi obediente honestidad.
Disculpa el pie mojado y los hados
que ya no se acuerdan de respirar.
Disculpa este nunca más, o el por ti,
o el por siempre jamás…
Discúlpame y alquilaré nuevos ideales,
nuevos principios, contigo,
nuevo amor de lluvia.
Discúlpame con los ojos dolientes
y le pediré a la caravana de diamantes
que nos lleve todo lo lejos que desee
nuestra alborada.
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