1 de agosto de 2012

A MEDIO COCER




Se abre el sarcófago del pasado
con suma fuerza
y muestra aquello que fuimos
(cenizas, sandeces, picardía…)
sin tener en cuenta que el tiempo
es una varilla de mimbre
a medio cocer.

Únicamente por importunar
y causar “efecto” me considero
amo de mí mismo;
sólo por motivos de sedición humanista
procuro no meter la cabeza en vasijas
de cerebros irreflexivos.

Siempre hay un “tal vez” en los puñetazos,
siempre regresa la sangre fría que se vertió
a causa de las injusticias…

Y sólo cuando nadamos a contracorriente
sabemos que nuestra existencia
cuelga de lo sempiterno.
 

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