28 de junio de 2012

Que tus palabras...


Que tus palabras agiten conciencias,
que las mías admitan las flemas,
que tus ojos sean visita imprevista,
que mi pasión se reproduzca ante ti.

Almas inconformistas visitan este banquete,
las copas son placenteras, el humo pasajero,
las risas invariables, la apuesta segura
y la defunción un cero a la izquierda.

Y ¡vaya si vuelves tarde a mi porvenir!
No me veas como una pupila sin atisbos
o como un tornado que no posee el coraje
para abatir el muro enfermizo.

Que lo escrito permanezca siempre vivo,
que mi vida sea más que una vida,
que la emoción no sea discreta a tu lado,
que VICTORIA sea la palabra preferente.
 

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