20 de mayo de 2012

VIEJO CIELO




Recuerdo el cadáver de un día roto.
Recuerdo el viejo cielo amado por mis herederos,
por mis articulaciones extinguidas.
Un nuevo combate, finalmente,
el iris salvaje y transitorio, pacífico,
húmedo en el desierto de las apariciones.
Añoro la zona de donde provengo:
mar de cinturas, de planetas, de arena,
todo ternura, sueño, puertas de faldas rojas.

Recuerdo el tejido dinámico de tus besuqueos,
de la mariposa añil, de tus pupilas reconstruidas
gracias a los encogimientos de tierra
y a las avenidas fúnebres.
No tengo corazón, lo perdí a oscuras,
al tiempo que te quitabas tu blusa de azúcar
y me mostrabas la integridad de tu existir.

Recuerdo tu inspiración apedreando puertas
invertidas, tu belleza en brazos de mi sangre
de crepúsculo devorador de crepúsculos

 Me asaltan las tinieblas...

Y recuerdo.

 

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